sábado, 26 de septiembre de 2009

La ignorancia de la creencia.

Impresionante... Fascinante... Sorprendente...

Por mucho que lo intente no soy capaz de dar con la palabra adecuada para describir la estupidez humana... sigo intentándolo pero no consigo dar con ella...

¿En qué momento una persona está en posesión de la verdad absoluta?

Está clarísimo que ese momento existe... y es ese en el que necesitamos y queremos una exclusividad, sea de lo que sea... ese en el que nos volvemos totalmente irracionales... seguramente porque no nos dieron nunca el cariño que todo niño y niña necesita... o porque simplemente ya nadie cree en nuestra palabra (seguramente debido a un largo historial o currículo de mentiras y burdos engaños que a lo único que desembocaron es a una retorcida mentalidad que se auto flagela sin otro fin que dañar cualquier cosa que se encuentra a nuestro alrededor)... en fin, algo parecido al Rey Midas, sólo que en esta ocasión no se convierte en oro, sino en mierda.

Lo peor de todo no es creernos en posesión de esa verdad absoluta, no, todo lo contrario, esto es una inyección de autoestima increíble; lo peor es hacer creer a los ilusos que se encuentran a nuestro alrededor de que disponemos de ella en su totalidad... y digo ilusos porque sólo personas que puedan agruparse bajo este calificativo serían capaces de tragarse patrañas de semejante calibre.

Es una auténtica pena ver cómo algunas personas (por denominarlas algo) se aprovechan de las distintas situaciones para entrar en nuestras cabezas, en nuestros corazones para destruirnos desde dentro... aunque a la par es impresionante observar esa capacidad para localizar y aprovecharse de esos sentimientos negativos que a todos nos afectan algunas veces en nuestra vida... lo que la mayoría denomina "bajón".

Y más triste es ver cómo esas otras personas (a estas si que puedo denominarlas así) a las que se les mina el corazón y la cabeza con millones de mentiras y enredos; acaban creando su guerra particular sin armas de las que disponer en casos de emergencia debido a que esos poseedores de la verdad absoluta no se encuentran a su lado cuando más los necesitan... pero ...

¡¡¡SORPRESA!!!

De eso se trata su juego... sólo saben estar cuando hay algo que les interese... no pueden estar simplemente para adorar el silencio que quizá nos hace falta en momentos duros... no saben quedarse cuando lo único que necesitamos es contar nuestro día a día para evadirnos de malos pensamientos... no saben estar si no les damos algo de carnaza con la que alimentarse... ¡malditas hienas!

Por suerte puedo dar un voto de confianza a la raza humana gracias a esa gente que prefiere no creer en una verdad absoluta y prefiere mirar a ambos lados antes de cruzar la calle... esas que desconfían de todo el mundo (por supuesto en su justa medida) para poder acercarse lo máximo posible a esa certeza totalitaria que dia a dia nos hace más libres...

No hay comentarios: