martes, 18 de agosto de 2009

¿Y si Morfeo no aparece?

Siempre se ha dicho que la noche es el aliado de los escritores, pintores, diseñadores y todo tipo de oficios en los que es necesario despejar la mente para centrarse en una sóla tarea.

Quizá sea por este motivo por el que todos elegimos la noche para "formatear" nuestra mente con el simple ejercicio del sueño... pero... ¿y si el sueño no aparece?



Curiosamente, y contradiciendome en lo referente a mi anterior entrada, en esta situación me encuentro desde anteayer; en dos noches no he conseguido conciliar el sueño hasta bien entrada el alba... hoy es la tercera...



Es precisamente en estas noches de insomnio en las que, aunque me encantaría recibir la visita de Morfeo, aprovecho para liberar mi mente con otro ejercicio, la redacción...



En noches tan largas tenemos todo el tiempo jugando a nuestro favor, horas y horas que podemos aprovechar para cualquier actividad mental debido a que nuestro alrededor se encuentra en estado de sueño, congelados en el tiempo durante un largo rato en el que se nos permite centrarnos en nosotros mismos para solucionar muchos problemas que sólo nos incumben a nosotros.



Precisamente llevo estas tres noches pensando en escribir una nueva entrada en el blog (casi seguro porque no he encontrado ninguna canción con la que me identifique últimamente), hasta que encontré un tema bastante apasionante, al menos a mi parecer...

Me encuentro a menos de 24 horas de mi vigésimo sexto aniversario. Normalmente los cumpleaños tienden a ser felices... pero no para todos...

Justo en esta fecha me acuerdo de todas esas personas cuyos caminos se cruzaron en uno o varios puntos con el mío, dejando menor o mayor huella; esas personas que se fueron de mi vida por voluntad propia o que fueron echadas por asuntos que no merece la pena ni recordar.

Cuando la fecha se acerca recuerdo cada vez más las enseñanzas que TODAS estas personas han dejado en mi vida y sonrío... amplío la palabra "todas" ya que, aunque a veces nos cueste reconocerlo, siempre aprendemos algo nuevo de cada individuo con el que nos encontramos. Quizá las enseñanzas que más nos cuesta reconocer son aquellas impartidas por alguien que nos hirió en su momento pero... seguimos aquí, ¿no?... ¿no quiere decir esto que esa persona nos enseñó a salir de malos momentos?

No siempre podemos saber lo que aprendimos de unas u otras personas pero es justo en estas noches en las que el sueño decide darnos una tregua para descansar, creando su propia paradoja, en las que tenemos todos los factores a favor para recordar a esas personas y esbozar una sonrisa (o una lágrima) por cada uno de ellos grabándolos en nuestra memoria para siempre y no dejando que nos abandonen nunca; ahora ya no importa si se fueron o los echamos, no; ahora lo que importa es que ya no pueden escapar de nuestro interior... lo mejor que podemos hacer es hacérles un huequito allá dónde podamos, ya sea en nuestro corazón, mente o en ambos sitios para que todos podamos descansar...



Según avanza la noche me siento más vivo, más capaz de evocar antiguos recuerdos que poco a poco aparecen ante mis ojos... la mayoría de buenos momentos, pero también he de esquivar los que no fueron tan buenos... quizá la mejor manera de hacerlo sea dormir... pero...

¿Y si Morfeo no aparece?

No hay comentarios: